Oleg Cassini (New York), White Stag (Portland)

Blusa, c. 1958. Pantalones, dècada de 1950. Collar con flores esmaltadas, s. XX

Piezas como la blusa de Oleg Cassini, creador del emblemático look de Jackie Kennedy, son el reflejo del particular estilo de Gala. La musa la lleva en el entorno de Portlligat y en actos especiales que tienen lugar allí a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta. Por ejemplo, durante visitas ilustres como la de Humberto II de Saboya o de amigos como el fotógrafo Man Ray. También la luce en una de las pocas entrevistas que concede a la prensa y en reportajes televisivos en los que Gala participa de forma activa en la construcción de su imagen pública a través de la moda.

Llama la atención, especialmente, su bordado. El dibujo, creado con hilos dorados y diferentes tonalidades de azul, nos recuerda los ojos protectores de las embarcaciones fenicias y un verso del poeta Paul Éluard que evoca la mirada incisiva de Gala, capaz de atravesar los muros. 

Oleg Cassini (New York) Blusa, c. 1958. White Stag (Portland). Pantalones, dècada de 1950. Collar con flores esmaltadas, s. XX

Ken Scott – Loewe (Madrid)

Conjunto de chaqueta y pantalón, c. 1972

Conjunto de chaqueta y pantalón, diseño de Ken Scott para la casa Loewe, que Gala lleva a principios de los años setenta. Ken Scott, considerado «el jardinero de la moda» por sus característicos estampados de flores, recrea en este conjunto filigranas vegetales y arquitectónicas en un bajorrelieve casi imperceptible a primera vista.

Ken Scott – Loewe (Madrid). Conjunto de chaqueta y pantalón, c. 1972

G. Sinigaglia (Venezia)

Camisa de estilo marinero, década de 1950

La camisa de estilo marinero o marinière es un elemento típico de la iconografía daliniana. Un diseño parecido aparece en obras de los años treinta como El espectro del sex-appeal (c. 1934), en la que vemos a un Dalí niño vestido de marinero. Durante los años setenta, es Gala, alter ego del artista, quien viste la camisa en obras como Dalí de espaldas pintando a Gala… (1972-1973) o L’Immortalité (1976). 

En la exposición El despertar del mito: Gala Dalí, una fotografía de Jordi Bernadó establece un diálogo muy evocador entre la camisa y la obra Camino de Púbol (c. 1973), que se encuentra en una de las salas del Castillo de Púbol.

G. Sinigaglia (Venezia).

Camisa de estilo marinero, década de 1950

Salvador Dalí

Vestido con estampado trompe-l’œil de Salvador Dalí, c. 1948

En agosto de 1948, a su regreso a Europa tras ocho años viviendo en Estados Unidos, el amigo y mecenas Arturo López organiza una fiesta de bienvenida para Gala y Dalí en París; a ella asisten personalidades como Elsa Schiaparelli, Christian Bérard o Carlos de Beistegui. Del evento, la prensa reseña la remarcable entrada de Gala a la velada luciendo este espléndido vestido con estampado trompe-l’œil diseñado por Salvador Dalí. 

La elección de este vestido es toda una declaración de intenciones. Haciendo gala y publicidad de la obra de Salvador Dalí, de quien es la mayor admiradora, Gala hace ostentación del éxito alcanzado por el artista en América. Un triunfo que ella siente también como propio.

Vestido con estampado trompe-l’œil de Salvador Dalí, c. 1948

El Dique Flotante (Barcelona)

Vestido de inspiración oriental, década de 1960

A su regreso de Estados Unidos, especialmente durante las décadas de 1950 y 1960, tanto Gala como Salvador Dalí fueron clientes asiduos de El Dique Flotante, con sede en Barcelona.

La firma había participado en 1940 en la creación de la Cooperativa de Alta Costura Española y, junto con Asunción Bastida, Pedro Rodríguez, Pertegaz y Santa Eulalia, formaba parte de las «cinco grandes», nombre que recibían las cinco casas que lideraron los designios de la moda española durante al menos las dos primeras décadas del franquismo.

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El Dique Flotante (Barcelona). Vestido de inspiración oriental, década de 1960

Hubert de Givenchy (Paris)

Vestido de cóctel, c. 1952

Este diseño de Hubert de Givenchy nos remite a una colección de alta costura, presentada por el diseñador en 1953, que destacaba por los originales motivos de sus estampados: racimos, piñas, ostras… La colección era un tributo a la belleza femenina y estaba inspirada en mujeres de leyenda como Cleopatra o Salomé. Gala también deseaba convertirse en una leyenda y por eso recorre a vestidos como este, que muy probablemente eran del gusto de Dalí. Recordemos que en los años treinta había concebido, junto con Elsa Schiaparelli, el icónico vestido Langosta. 

Imaginando a Gala con este vestido, no podemos dejar de pensar en una frase que Salvador Dalí dirigió a la pintora española Maruja Mallo y que tan bien define a Gala: «Mitad ángel, mitad marisco.» Gala, dura por fuera y blanda por dentro.

Hubert de Givenchy (Paris). Vestido de cóctel, c. 1952

Pierre Cardin Boutique (Paris)

Conjunto de blusa y falda, c. 1967

Los primeros contactos entre Gala y Salvador Dalí con el modista Pierre Cardin tienen su origen, muy probablemente, hacia 1950. El couturier trabajaba entonces en el atelier de Dior y estaba sumergido en la elaboración de muchos de los disfraces destinados al memorable baile de Beistegui que se celebraría en Venecia un año más tarde. Entre las creaciones, se encontraban los conjuntos diseñados por Dalí y Dior para la ocasión.

Tanto Gala como Salvador Dalí guardaban en su armario piezas de Pierre Cardin, el famoso diseñador que en 1959 revolucionó el mundo de la moda con la presentación de su primera colección prêt-à-porter, rompiendo así la frontera que separaba la alta costura de la calle.

Pierre Cardin Boutique (Paris). Conjunto de blusa y falda, c. 1967

Dior Boutique (Paris)

Conjunto de blusa y falda, c. 1970. Collar, s. XX

Conjunto de aire oriental de la casa Dior, dirigida en ese momento por Marc Bohan. Gala debía sentir especial debilidad por este vestido, pues lo luce a menudo durante la década de 1970 en reportajes fotográficos y fechas señaladas como Nochebuena. 

El propio Dalí quedó fascinado por este diseño, «formado por minúsculas escamas de todos colores, lo más difícil de pintar del mundo», y expresó su deseo de retratar a Gala con el conjunto en el que sería «el cuadro más caro del mundo».

Dior Boutique (Paris). Conjunto de blusa y falda, c. 1970. Collar, s. XX

Elsa Schiaparelli (Paris)

Chaqueta de noche, otoño-invierno 1936

Durante la década de 1930, Gala apuesta por los diseños de Elsa Schiaparelli en una maniobra pensada para hacer publicidad de la colaboración entre Salvador Dalí y la couturière italiana. A partir de entonces, la musa luce diseños oníricos fruto de esa unión, como el Vestido-cajones (1936) o el Sombrero-zapato (1937-1938), que actualmente se conserva en la colección del Palais Galliera de París.

Prendas como esta chaqueta de noche, de 1936, atestiguan el gusto de Gala por creaciones de Schiaparelli, aparentemente discretas pero provistas de detalles sorprendentes, como las láminas metálicas de colores insertadas entre la pasamanería, cuyo propósito era reflejar la luz cuando su portadora se movía.

Elsa Schiaparelli (Paris). Chaqueta de noche, otoño-invierno 1936

Cristóbal Balenciaga – EISA (Madrid-San Sebastián-Barcelona)

Bolero de noche, c. 1965-68 

Diseño de alta costura de Cristóbal Balenciaga, uno de los couturiers más influyentes de la historia de la moda. Considerado por Christian Dior «el maestro de todos nosotros», Balenciaga destacó por su dominio técnico, por su perfeccionismo y por su reinterpretación de la moda española, así como por la pureza de sus líneas y su capacidad inventiva. A través de prendas icónicas como el Vestido-saco o el Baby-doll, reinventó la silueta femenina dotándola a menudo de una apariencia casi escultórica.

Este bolero de noche de la década de 1960 es un diseño de Balenciaga para su firma española, EISA. La atención a los materiales y el trabajo de los bordados anticipan sutilmente la modernidad industrial que caracterizará las creaciones de Paco Rabanne.

Cristóbal Balenciaga – EISA (Madrid-San Sebastián-Barcelona). Bolero de noche, c. 1965-68

Jean Dessès (Paris)

Vestido de cóctel con estampado de Salvador Dalí a partir de una litografía de la serie Pages choisies de Don Quichotte de la Manche (1957), c. 1959

A lo largo de los años cincuenta y a comienzos de los sesenta, Gala luce distintas creaciones de Jean Dessès, conocido especialmente por sus vestidos de noche inspirados en la Grecia clásica. Entre los diseños de alta costura confeccionados por el couturier y conservados en el archivo personal de Gala, sobresale por su significación este conjunto de cóctel con estampado de Salvador Dalí, creado a partir de una litografía de la serie Pages choisies de Don Quichotte de la Manche (1957) y fechado en torno a 1959. A falta de documentos que atestigüen el proceso de su creación, el vestido constituye la única evidencia de la colaboración entre Dalí y el diseñador de origen egipcio.

Gala, admiradora y promotora de las ideas dalinianas, lleva este conjunto en momentos muy concretos, en los que el artista parece ejercer como embajador de la cultura española y a la vez se legitima como su máximo exponente en el campo del arte.

Jean Dessès (Paris). Vestido de cóctel con estampado de Salvador Dalí a partir de una litografía de la serie Pages choisies de Don Quichotte de la Manche (1957), c. 1959.

Elsa Schiaparelli (Paris)

Abrigo de noche, otoño-invierno 1935

Con este abrigo de noche o deshabillé de 1935, diseñado por Elsa Schiaparelli, Gala entra en escena durante una entrevista a Salvador Dalí realizada por la televisión francesa en 1961. En la emisión, la musa aparece en el entorno de Portlligat acompañada por el artista, que a su vez lleva una casaca atribuida por él miso a Coco Chanel. Seguramente, la elección de los outfits quiere ser un homenaje a los grandes nombres de la alta costura francesa, pues a continuación pueden verse, en otro plano, los disfraces del baile de Beistegui, diseñados por Christian Dior junto con Salvador Dalí.

Elsa Schiaparelli (Paris). Abrigo de noche, otoño-invierno 1935

Diseñador desconocido

Blusa, c. 1942

En junio de 1943, Vogue dedica prácticamente una doble página a «Madame Salvador Dalí». Para la ocasión, Dalí concibe un collage en el que dos imágenes de Gala, realizadas por el prestigioso fotógrafo de moda Horst P. Horst, se insertan sobre la pintura El triunfo de Tourbillon (núm. cat. 572), del mismo año. La composición enfatiza la capacidad de Gala de conferir orden y estructura en el abrumador remolino de la creación daliniana.

Siendo muy consciente de la proyección internacional de la revista, Gala selecciona cuidadosamente el outfit con el que quiere presentarse ante el público estadounidense. Con esta blusa entallada de tul y lentejuelas, atrevida y sofisticada al mismo tiempo, que combina con una falda larga de vuelo, se muestra como una mujer moderna y poderosa, musa inspiradora y, aún más, colaboradora espiritual de Salvador Dalí.

Blusa, c. 1942

Christian Dior (Paris)

Abrigo Saint-Ouen, primavera-verano 1949, línia Trompe-l’œil

Atenta a las nuevas propuestas estilísticas lideradas por Christian Dior de finales de la década de 1940, una Gala ya entrada en la madurez apuesta por creaciones del diseñador que acentúan su figura y reflejan un renovado culto a la feminidad. Con el abrigo Saint-Ouen «del color de las amapolas», según consta en el programa de la colección de alta costura de 1949 en el que se inscribe, Gala da cumplimiento a la prescripción dioriana de proveerse de un buen abrigo rojo que aporte color a la austeridad del invierno.

Gala recurre a este diseño en diferentes actos relacionados con la primera exposición retrospectiva de Salvador Dalí en Italia, que tiene lugar en Roma en 1954. Para asistir a una fiesta organizada en honor a Salvador Dalí por Palma Bucarelli, directora de la Galleria Nazionale d’Arte Moderna de Roma, Gala combina el abrigo con un vestido con animal print. Un outfit moderno y rompedor que debió de llamar la atención entre el resto de invitadas, que apostaron por looks más formales y discretos.

Christian Dior (Paris). Abrigo Saint-Ouen, primavera-verano 1949, línia Trompe-l’œil

Christian Dior (Paris)

Conjunto Musée du Louvre, primavera-verano 1949, línia Trompe-l’œil

El conjunto de noche Musée du Louvre forma parte de la colección de alta costura primavera-verano de 1949, línea Trompe-l’oeil, con la que Christian Dior rinde homenaje a la capital de la moda. En palabras del diseñado, «la atmósfera de París es sin duda la de la alta costura». De ahí que las creaciones presentadas reciban el nombre de espacios emblemáticos de la capital francesa.

Gala viste esta pieza de museo en blanco y negro —colores por excelencia de la marca Dior— especialmente hacia 1950 y en distintos lugares de la ciudad de Nueva York, como la Carstairs Gallery o el Hotel Sherry Netherland. El conjunto proyecta una feminidad cautivadora y seguramente es objeto de todas las miradas. En los diferentes materiales gráficos que se conservan se ve a Gala luciéndolo junto a Salvador Dalí, el actor Kirk Douglas y el diseñador Jacques Fath, entre otras personalidades de la época.

Christian Dior (Paris). Conjunto Musée du Louvre, primavera-verano 1949, línia Trompe-l’œil

Jean Dessès (Paris), Mimi di Niscemi

Vestido de noche, c. 1956. Collar, década de 1960

Este diseño de noche rojo, obra de Jean Dessès, es una de las joyas de la colección personal de Gala Dalí. La prenda es de la década de 1950, época de máximo esplendor del couturier, que destacó por su confección de vestidos de noche inspirados en los drapeados de las antiguas túnicas griegas y egipcias. Tal y como atestiguan varias fotografías del momento, la musa recurre a esta prenda en numerosas ocasiones, pero nos interesa especialmente que lo utilizara en el rodaje del film de Jean-Christophe Averty Autoportrait mou de Salvador Dalí (1966). Al inicio de este autorretrato cinematográfico, a medio camino entre el documental biográfico, el happening y el videoarte, Gala y Dalí escenifican su nacimiento saliendo de un huevo.

El artista y la musa se identifican así con Pólux y Helena, los hijos inmortales de Leda, reina de Esparta, a la que, según el mito clásico, Zeus había fecundado en forma de cisne. Inmortal es asimismo el outfit elegido por Gala para la ocasión. Por una parte, el color rojo alude a la belleza legendaria de Helena de Troya y la pasión que encarna. Por otra, los drapeados y las hojas de acanto del collar nos transportan a la Antigüedad y a la vez nos remiten a los vestidos-joya, sello distintivo de Daniel Roseberry para la firma Schiaparelli, en los que el tejido y el metal, lo duro y lo blando, se funden en un todo.

Jean Dessès (Paris). Vestido de noche, c. 1956. Mimi di Niscemi. Collar, década de 1960