La exposición
El préstamo del óleo de Rafael Virgen de la rosa del Museo Nacional del Prado, al Teatro-Museo Dalí, en el marco del proyecto expositivo “De gira por España”, organizado por el museo madrileño con motivo de la conmemoración de su bicentenario, es el punto de partida de la muestra Dalí-Rafael, una prologada ensoñación. Este título proviene de una declaración de Dalí en su tratado de pintura 50 secretos mágicos para pintar, publicado en 1948, en el que hace una reivindicación de la técnica y el arte de la pintura.
Desde las obras de primera época hasta las últimas etapas de la vida del pintor figuerense son continuas las referencias a Rafael y al Renacimiento, que sirven a Dalí para reivindicar la tradición y para reivindicarse a sí mismo como un buen artista en relación con sus contemporáneos.
Para poner de manifiesto esta afinidad entre Dalí y Rafael se expone, en esta muestra, el óleo de Dalí La ascensión de santa Cecilia. Esta obra se acompaña, por primera vez, con material de taller que nos permite entender el proceso de trabajo de Salvador Dalí. A través de fotografías de los estudios del artista, como los de Portlligat y Monterrey, de distintas épocas y en distintos sitios, y de los libros de trabajo que utilizó para la elaboración de las obras, conservados en el Centro de Estudios Dalinianos, podemos captar el proceso de creación de una obra en especial: La ascensión de santa Cecilia.
Y, sobre todo, con esta exposición cumplimos uno de los deseos de Salvador Dalí: ver una pintura suya colgada al lado de un cuadro de Rafael.
La Fundació Gala-Salvador Dalí presenta por primera vez una exposición que se desarrolla en dos fases. En la segunda fase, del 15 de enero a diciembre de 2019, tras el retorno de la obra de Rafael al Prado, el óleo del pintor italiano es sustituido por Explosión de fe mística en el centro de una catedral de Dalí, una obra poco conocida, casi escondida, que normalmente no podemos ver en su totalidad, ya que forma parte de una instalación, el altar del Cristo twisteado, que se encuentra bajo la cúpula del Teatro-Museo de Figueres, donde solo puede entreverse la pintura a través de su reflejo en un espejo.
Ahora, como testigos privilegiados, podemos contemplar la Explosión de fe mística de cerca, directamente, bien presentada.
La ascensión de santa Cecilia
Pintada en su taller de Portlligat hacia el año 1955, forma parte de una serie de obras en las que el clasicismo está muy presente y en las que Dalí se refiere, al mismo tiempo, a la física nuclear y a la discontinuidad de la materia.
La interpretación de la pintura Santa Catalina de Alejandría (c. 1507) de Rafael en clave místico-nuclear muestra la capacidad de Dalí para expresarse en nuevos lenguajes, siguiendo el ejemplo de los grandes maestros de la pintura, y sobre todo su deseo de llegar a ser clásico. La tela muestra la figura de la santa a través de formas que recuerdan el cuerno de un rinoceronte, tradicionalmente considerado un emblema de la pureza y la castidad. Sin embargo, Dalí no abandona el paisaje que tanto influye en su obra, con la geología de las montañas y un mar que pasa a ser cielo o un cielo que paso a ser mar, en una voluntaria confusión.
Ver la ficha técnica de la obraSin título. La basílica de San Pedro. Explosión de fe mística en el centro de una catedral
Sin título. La basílica de San Pedro. Explosión de fe mística en el centro de una catedral es una de las obras más escondidas y desconocidas del Teatro-Museo Dalí. El pintor trabajó en ella durante casi quince años en el taller de Portlligat. La pintura forma parte de una de las instalaciones que se encuentran bajo la cúpula del museo, en el altar del Cristo twisteado, donde solo puede observarse a través de un espejo.
La virgen-santa envuelta por una nebulosa aparece enmarcada por la basílica de San Pedro del Vaticano, que protagoniza la obra. Dalí vuelve a reinterpretar a Rafael, en este caso Santa Catalina de Alejandría, tal y como puede comprobarse en el dibujo preparatorio para esta obra. A pesar de estar inacabada, como demuestra la procesión de la parte inferior de la tela, la obra presenta una composición harmoniosa y equilibrada. La explosión luminosa central contrasta con los colores rojo, azul, verde y amarillo, que rememoran tanto los de La ascensión de santa Cecilia de Dalí como los de Santa Catalina de Alejandría de Rafael.
Ver la ficha técnica de la obraGalarina
La Fundació Gala-Salvador Dalí se suma a la conmemoración del 500 aniversario de la muerte de Rafael Sanzio (1483-1520) con la muestra, en una ubicación especial, del óleo de Salvador Dalí Galarina, una de sus obras maestras y que siempre conserva con él.
Este óleo sobrio, armónico y equilibrado, pintado durante su época americana, hace patente el cambio de rumbo de Dalí, un Dalí que se encamina hacia el clasicismo y hacia el Renacimiento. Con Galarina, Dalí se basa en el retrato La Fornarina (c. 1520) de Rafael, una obra que se asocia tradicionalmente con la amante del pintor, Margherita Luti, para expresar una vez más su admiración y su amor por Gala.
Vídeo
“Pero supondré que tu cuadro ha resistido todas estas pruebas, y aun otras, como la fascinante de representártelo imaginariamente, en una prolongada ensoñación, colgado en un museo junto a uno de tu preferido Rafael.”
Salvador Dalí, 50 Secrets of Magic Craftsmanship, 1948